Fuente: donpiso - Fotocasa
La llegada de la COVID-19, pese a la
crisis económica y social, ha traído consigo algunos beneficios que están
fomentando nuevas formas de
trabajar y de vivir. Cuando se trata de trabajo, hablamos del empuje
definitivo al teletrabajo y las formas en que las empresas se organizan para
optimizar recursos y abaratar costes, potenciando la modalidad de ‘coworking’,
es decir, espacios colaborativos de trabajo. Además, la posibilidad de trabajar
a distancia, junto con la necesidad de vivienda en las grandes ciudades, que es
donde se acumula la mayor parte de la oferta de trabajo, está generando nuevas
formas de vivir: hablamos en concreto del ‘coliving’.
Qué
es el ‘coliving’ y qué ventajas aporta
El ‘coliving’ es, por tanto, una nueva
fórmula de vivir en comunidad que agrupa colectivos de personas con los
mismos intereses que comparten zonas comunes y aficiones, y nace para
dar respuesta a nuevos estilos de vida, generalmente los deseados por los
millenials que buscan experiencias laborales y sociales por delante del sentido
de la propiedad.
Esta manera de vivir tiene la
ventaja de abaratar costes, pues los gastos incluyen también ciertos
servicios como limpieza, mantenimiento y suministros, que además son
compartidos entre todas las personas que comparten espacio. Algunas de estas
comunidades, por su parte, también aportan espacios de coworking,
biblioteca o gimnasio, incluyendo así todo lo necesario para generar valor
y sentido de comunidad.
El
‘coliving’ como opción de futuro
Esta tendencia no es pasajera y dominará
los próximos años por lo que a estilo habitacional se refiere, y se evidencia
en el hecho que, por ejemplo, la Generalitat de Cataluña haya regulado
recientemente una modalidad de vivienda parecida pero que recibe el mismo
nombre: la co-vivienda. Esta modalidad fomenta el uso de espacios
compartidos junto con los privativos para aumentar los metros cuadrados
habitables que exige la ley para vivir. En estos espacios no solo tienen
cabida jóvenes o trabajadores “de paso”, sino también otros colectivos
como gente mayor que no tiene tanta necesidad de espacio para vivir y
sí mucha de socializar; esto, además, agravado con la situación de soledad que
ha traído consigo la pandemia.
Resulta inevitable pensar, por tanto,
que construir en estos
términos representa una oportunidad de inversión por parte del sector
inmobiliario, no solo por ser
una tendencia en auge sino por la capacidad del promotor de generar aquello que
estos individuos desean más allá de la ubicación y los metros cuadrados de la
vivienda: sentido de comunidad. De hecho, las propiedades destinadas a ‘coliving’
suelen ser entre 1,5 y 2,5 veces más rentables que las de un alquiler de
vivienda convencional.